Mi corazón oprimido siente junto a la alborada el dolor de sus amores y el sueño de las distancias. La luz de la aurora lleva semillero de nostalgias y la tristeza sin ojos de la médula del alma. La gran tumba de la noche su negro velo levanta para ocultar con el día la inmensa cumbre estrellada.
¡Què harè yo sobre estos campos cogiendo nidos y ramas, rodeado de la aurora y llena de noche el alma! ¡Què harè si tienes tus ojos muertos a las luces claras y no ha de sentir mi carne el calor de tus miradas!
¿Por què te perdì por siempre en aquella tarde clara? Hoy mi pecho està reseco como una estrella apagada.
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